¡Piratas en las costas de Barcelona!

Antes de que Disney hiciera popular a Jack Sparrow y la saga Piratas del Caribe, las costas de toda Cataluña conocieron los asaltos de estos ladrones del mar. Las películas, las series y las novelas nos los han presentado como personajes románticos, pero podían ser crueles criminales. Con todo, su historia merece ser descubierta y muchas poblaciones de comarcas como el Garraf o el Maresme mantienen vivo su recuerdo como una vía para descubrir su patrimonio histórico. 

Las crónicas nos hablan de ataques ya en la Edad Media protagonizados por filibusteros provenientes de lugares tan dispares como Mallorca o Génova. En las películas, estos aguerridos bandoleros del mar suelen atacar lugares como Jamaica o cualquier otro puerto del Caribe. Pero, ¿sabías que lugares como Castelldefels sufrieron estas incursiones?

Precisamente en Castelldefels podemos encontrar un testimonio de primera mano sobre estas incursiones piratas. En el castillo de esta localidad encontramos la exposición Piratia. Se trata de una exposición inversiva, una experiencia audiovisual pensada para toda la familia y con actividades interactivas que encantarán a los más pequeños. Una buena manera de conocer la historia de este fenómeno en el Mediterráneo a través de juegos y otras propuestas lúdicas.

Piratia te propone subir a un barco pirata y descubrir cómo era un trayecto en una de estas naves. A través de sus actividades también se puede conocer cómo los habitantes de Castelldefels de la época se intentaban defender de estas incursiones.

La elección del castillo de Castelldefels para esta exposición no es casual. La historia de la fortaleza está vinculada a la pirateria. En época medieval ya era un baluarte frente a estos ataques, pero la guerra civil catalana (1462-1472) dañó sus murallas. Cuando volvió un período de intensa actividad de los corsarios berberiscos en 1550, los vecinos de la localidad del Baix Llobregat pidieron reconstruir estas fortificaciones.

¿Cómo eran estos ataques? Los piratas se acercaban por la noche a la costa para dificultar que fueran detectar. Podían atacar inmediatamente, o esperar a la llegada o salida de un barco con una carga valiosa. Solían hacer más de un asalto a lo largo de varios días. Entonces, los que hacían era esconderse en calas poco vigiladas. En una incursión, buscaban capturar esclavos —principalmente chicos y chicas jóvenes— y también podían robar cualquier objeto lujoso que encontraran: oro, joyas, teles de calidad...

¿Has estado en la playa de la Fragata en Sitges? ¿Sabes por qué se llama así? En 1700, seguían los ataques de los corsarios del norte de África y esta población del Garraf pidió permiso para construir su propia fragata, que se ocultaba en esta playa para sorprender a los barcos que se acercaran con malas intenciones.

Por supuesto, hablar de piratería y poblaciones de costa es acudir a fiestas como la de los piratas de Premià de Mar. Se celebra a comienzos de julio, como parte de las celebraciones patronales de la localidad a principios del mes de julio. Se reconstruye un asalto a la población por parte de piratas berberiscos que desembarcan en la playa de Bellamar, mientras que un grupo de trabucaires tratan de repelerlos. Se estableció en 1996 y ya se ha convertido en todo un clásico del verano.

Curiosamente, no hay registros históricos de grandes incursiones piratas en Premià de Mar. Pero otras muchas poblaciones costeras han tomado ejemplo y organizan fiestas similares. Por ejemplo, tenemos la de Cubelles —también a principios de julio—. También recuerdan este pasado con una fiesta pirata veraniega. Aquí abundan las crónicas sobre ataques piratas ya en la Edad Media. Por ejemplo, la reina y condesa de Barcelona, Violant de Bar, en 1406 exigió que se completaran las fortificaciones en esta población.

Otros lugares como Pineda de Mar también recuerdan su pasado vinculado a las incursiones piratas. En la ruta de la Tierra al Mar que puede hacerse para conocer ocho siglos de historia de la localidad, hay referencias a la figura de Dragut, un corsario de Berberia, lugarteniente del célebre Barbarroja. Atacó esta población en 1545 con 11 galeras e incendió la población.

El folklore catalán ha quedado muy marcado por estos años de incursiones piratas. Si vas a cualquier celebración en una población costeras donde tengan gigantes es muy probable que tengan alguno con la imagen de uno de estos personajes. Por ejemplo, encontramos a Garrofa en Mataró, Omar i Ester en Premià de Mar, Pineda también tiene uno dedicado a Dragut, Sitges tiene a Barba-blanca y Taruk; y en Vilanova i la Geltrú está el Gigante de la Porra.

Además, los piratas también influyeron en los topónimos de las costas de estas comarcas. Cuando dos poblaciones tienen un nombre prácticamente igual, pero que solo se diferencia por la designación de Dalt o de Munt y de Baix o de Mar, esto quiere decir que los habitantes se trasladaron tierra adentro y así evitaban las incursiones.

Seguro que te ha despertado la curiosidad por conocer mejor esta parte del pasado de las poblaciones de la costa de las comarcas de Barcelona. ¿Qué mejor aventura para el verano que seguir las huellas de un pirata? Igual acabas encontrando un tesoro…


Más información:

Exposición Piratia
Fiesta de los piratas en Premià de Mar
Fiesta pirata en Cubelles
Ruta de la Tierra al Mar en Pineda de Mar

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