10 pueblos imprescindibles

Tienen un asombroso patrimonio, están ubicados en un entorno que deja sin aliento o hablan de la historia de nuestro país. Estos diez núcleos que encontrarás a continuación son diez de los pueblos imprescindibles que debes visitar en las comarcas de Barcelona. Te enamorarán por su legado patrimonial y natural y te harán descubrir rincones que probablemente desconocías. ¿Nos vamos?

La Llacuna (Anoia)

La Llacuna

La Llacuna es uno de los pueblos más ricos en patrimonio de la Anoia. Aparte del castillo, también tiene un yacimiento íbero y el casco urbano todavía conserva partes de la muralla y de los portales medievales. No dejes de perderte por las calles hasta encontrar la calle Muralla, anda hasta la plaza porticada y cruza algunos de sus cuatro portales. Son especialmente recomendables, el portal del Gavatx, que se abrió cuando después de la fuerte ola de peste llegó una ola de población de Occitania y crearon el arrabal, o barrio extramuros; y el portal de Garreta, uno de los más antiguos, que muestra borrado el escudo de la familia Cervelló, señores de La Llacuna durante siglos. La población quiso eliminarlo cuando empezaron a desaparecer los feudos, aunque actualmente es parte de la bandera del municipio. Si vas con niños, puedes hacer una de las rutas cortas que ha señalizado el ayuntamiento para conocer las fuentes del municipio dentro del proyecto 'Espacios para descubrir con niños'.

Perafita (Lluçanès)

Carrer de Perafita

Seguramente habrás probado alguna vez las famosas “coques de Perafita”, pero ha llegado el día de comerlas directamente en el lugar donde se producen: el bonito pueblo de Perafita. Ubicado en un entorno inmejorable, en medio del Lluçanès, tiene unas visitas envidiables de los campos de cultivo y las montañas del Berguedà. Sus calles de piedra enamoran nada más pisarlas y las casas, que conservan los elementos de construcción tradicionales, también. Si quieres conocer sus entornos puedes pasear hasta la fuente del Raig o la fuente Vella.

L'Estany (Moianès)

Monestir de l'Estany al Moainès

Sí, uno de los atractivos más famosos del Estany es su monasterio. Pero ese pequeño pueblo del Moianès es mucho más que eso. Con calles y casas de piedra ligeramente rojiza, este núcleo medieval es un rincón de paz que invita a pasear. Detente delante del ayuntamiento y admira el reloj de sol, obra del ceramista Josep Roig i Ginestós. Además de visitar el monasterio, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, también te recomendamos la visita a la mina del Estany, recientemente recuperada, para descubrir cómo se secó el estanque que da nombre al pueblo.

Talamanca (Bages)

Vista de Talamanca

Después de varias curvas, camino del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt y el Obac, aparece el pueblo medieval de Talamanca. Coronado por la torre del castillo, te recomendamos dejar el coche en el aparcamiento que hay fuera del casco antiguo y recorrer sus calles empedradas. Anda sin rumbo y descubre plazas y rincones con encanto, como la tina de Ca la Jana, una de las tantas que se crearon entre los siglos XVIII y XIX con el auge del viñedo. En la entrada del castillo, hay un mirador con vistas a Montserrat y en el que se ha instalado el Monumento Memorial 1714, en conmemoración de la Batalla de Talamanca. Desde aquí hay una visión panorámica completa de los terrenos donde se produjo la batalla.

Gironella (Berguedà)

Gironella tiene un skyline de aquellos que enamoran, coronado por la antigua colonia Metre, ahora totalmente integrada en el casco urbano. De hecho, el pasado textil de esta villa del Berguedà es solo uno de los atractivos. Aquí también encontrarás modernismo, historia medieval y senderismo. Si optas por la historia, sigue la visita autoguiada por los elementos patrimoniales más destacados del casco histórico y maravíllate con el Pont Vell, la Casa Pairal Teixidor Bassacs, la Torre del Homenaje o la muralla. Si prefieres adentrarte en el modernismo, te recomendamos la ruta 'Modernismo y crecimiento urbano' y, si quieres estirar las piernas, la ruta de las fuentes, que pasa nada menos que por 16 fuentes, es una opción ideal para conocer entornos naturales del pueblo. Y una última propuesta: en Gironella hubo hasta cuatro colonias textiles que puedes descubrir haciendo un recorrido en BTT.

Sant Pol de Mar (Maresme)

Sant Pol de Mar

Con calles estrechas y casas blancas escalonadas, Sant Pol de Mar es uno de los pocos núcleos del Maresme que ha sabido mantener la esencia de pueblo mediterráneo. Una muestra es la acreditación de 'Barri i Vila Marinera' que le otorgó la Generalitat en 2019 para conservar viva la tradición, la cultura y las raíces ligadas al mar. Pasear por sus calles es respirar la esencia marinera y maravillarte con las fachadas modernistas, la mayoría obra del arquitecto Ignasi Mas Morell, que todavía perduran. Si quieres respirar mar, no te pierdas el Camino de Ronda entre Sant Pol y Calella.

Sitges (Garraf)

Con 300 días de sol al año, 17 playas y un legado modernista envidiable, Sitges es una de las poblaciones marítimas de la Costa de Barcelona que debe visitarse una vez en la vida. Cuando pasees por su casco antiguo, lleno de casitas blancas, es obligatorio que pases por la calle Fonollar, sede del Museo del Cau Ferrat y del conjunto de Maricel, dos de los imprescindibles cultural de la villa, y atravieses su portalada. La imagen que aparece al otro lado es la de una de las playas más queridas por los locales: la playa de San Sebastián. Aparte de las playas urbanas también te recomendamos que te acerques a algunas de las más vírgenes como la playa del Home Mort. Un poco más lejos del centro, no te pierdas la playa del Garraf, donde todavía se conservan 33 casitas de madera de pescadores, construidas durante los años 30, testigo de un primer turismo que quería acercarse a la naturaleza de forma armónica con el entorno. Desde abril de 2022 son Bien Cultural de Interés Nacional.

Montseny (Vallès Oriental)

Municipi del Montseny. Església de Sant Julià del Montseny

Como puedes imaginar, el principal atractivo de Montseny es su entorno natural, pero el pueblo, un gran desconocido, eclipsado por la belleza del parque natural, es una pequeña joya con rincones que merece la pena conocer. Al paso del río Tordera, uno de los elementos más significativos es la iglesia de Sant Julià y su campanario ligeramente inclinado. Otro de los elementos patrimoniales más significativos es la estela megalítica de más de 2.000 años que se encontró en el Pla de Calma y que se ha puesto en una vitrina junto a un mirador que permite admirar la belleza del entorno. Por último, antes de empezar una de las decenas de excursiones que se pueden hacer desde el pueblo, no te pierdas el Museo de las Esquelles, una muestra con más de mil cencerros que nos hablan de un pasado ganadero ya difícil de encontrar.

Sant Quintí de Mediona (Alt Penedès)

Conocido especialmente por las fuentes y grutas de las Deus, Sant Quintí de Mediona es una villa milenaria, dinámica y con una historia y tradiciones muy arraigadas, como el Mata-degolla, que se hace el segundo domingo después de Todos los Santos, para conmemorar los hechos de 1714 cuando las tropas borbónicas arrasaron la villa. Si tu visita no coincide con este evento, no te preocupes. La ruta del patrimonio te permitirá descubrir rincones escondidos llenos de historia, como el bebedero de la calle del Salt, donde también está la casa de Joan Amades, o simplemente caminar por las calles porticadas medievales y las plazas del Priorat y de la Iglesia. Cuando ya lo hayas visitado todo, ¿porque no te acercas hasta el Miravinya La Cadira? Es uno de los puntos de la Ruta Miravinya, con miradores excepcionales, que recorren distintos puntos emblemáticos de los Penedès.

Collbató (Baix Llobregat)

Puerta de acceso al monasterio de Montserrat, Collbató ofrece la posibilidad de descubrir qué se esconde debajo de la famosa montaña sagrada. Las Cuevas de Montserrat, también conocidas como cuevas del Salnitre, son uno de sus principales atractivos y motivo de peso suficiente para acercarse al pueblo. La acción del agua de la lluvia sobre el conglomerado y el material calcáreo durante miles de años y las múltiples grietas generadas por varios movimientos orogénicos han dejado un paisaje kárstico impresionante. El castillo, el núcleo medieval y el antiguo molino de aceite también son espacios de obligada parada en la villa. Si te apetece estirar las piernas, puedes hacer alguna de las rutas que hay señalizadas en el municipio. El Camino de la Viña Nueva o la ruta del Agua y la Piedra Seca son asequibles en un par de horitas.


Más información:

La Llacuna
Perafita
L’Estany
Talamanca
Gironella
Sant Pol de Mar
Sitges
Montseny
Sant Quintí de Mediona
Collbató

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